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jueves, 5 de enero de 2012

Juguemos al Inmóvil


INMÓVIL: Persecución más estatua

Es un juego que seguía el mismo procedimiento del juego de La Lleva. La diferencia estaba en que la persona que “la llevaba” o “encantaba”, al topar a un compañero o compañera, éste o ésta quedaba quieta como estatua, osea quedaba encantada.

A diferencia de otros lugares del Perú o Latinoamérica donde el encantador decía ¡ENCANTADO!, en Cartavio el encantador decía ¡INMÓVIL!  a su víctima que tocaba.
Cuando uno de los corredores quería desencantar a un compañero inmóvil lo tocaba y decía ¡SALVADO! (no DESENCANTADO como dicen en otros sitios).

Los demás que corrían podían ser también inmovilizados o encantados y quedarse como estatuas por el encantador.

Si uno de los inmovilizados movía alguna parte de su cuerpo y eran vistos por el encantador, entonces dicha persona debía de ser el nuevo encantador porque no soportó estar quieta.

El jugador encantador, tiene dos deberes: perseguir a los jugadores para encantarlos y cuidar a los ya encantados para que no los desencanten. El juego finaliza cuando todos los jugadores están encantados, y nuevamente se vuelve a empezar. El papel de encantador podía ser rotativo al finalizar un juego, luego otro asumía su papel hasta finalizar otra vez el juego, haciéndose asimismo que más de uno de los jugadores cumpla la función de encantador.

Curiosidad del juego Inmóvil
Cuando un jugador era inmovilizado a veces quedaba en posiciones muy chistosas, lo que motivaba que este participante se sienta muy incómodo. Las posiciones graciosas que logré ver fueron: Sentados en el suelo con las manos hacia atrás, agachados como si fueran a coger alguna moneda, pegados de cara hacia la pared, etc.

Fuente
Mi experiencia personal.

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